viernes, 9 de mayo de 2008

SOLITARIO CUMPLEAÑOS


SOLITARIO CUMPLEAÑOS

Durante tus diez años en la escuela tendrás un promedio de diecisiete amigos, para cuando tengas cuarenta ese número habrá bajado a dos…” Eso es lo que plantea un entretenido comercial de Discovery Channel y podríamos agregar… “y cuando tengas 60 te quedará solo uno, pero será de los buenos”.

Durante la semana se estará celebrando el 60 aniversario de la proclamación del Estado de Israel y, como es de suponer, los invitados a la fiesta son pocos. Ningún vecino va a ir ciertamente, habrán muchos resentidos, molestos o declarados enemigos acérrimos, oscuras amenazas y pocos regalos.

La parte positiva es que el tío favorito, el amigo incondicional vendrá y desde muy lejos, y, como rey mago traerá consigo un tremendo regalo que costará decenas de miles de millones de dólares y que, como si se tratara del quinto cumpleaños, será un regalo consistente en autos, camiones, aviones y tanques, aunque no de juguete.

Lo cierto es que Discovery Channel tiene nuevamente la razón, en sus primeros años nuestro díscolo amigo del Medio Oriente, recién asentado en un barrio lleno de muchachos muy antisociales contó efectivamente con numerosos amigos de todas partes del mundo. No esta demás recordar que tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética y los estados europeos se apresuraron en reconocer el nuevo Estado no bien este fue proclamado por David Ben Gurion, el padre, protector, formador y primer primer ministro.

En esos oscuros tiempos las cosas no se veían como hoy en Israel, el país (o la parte de el que había terminado en manos judías después de la guerra de independencia) era en gran medida un desierto bastante desolado y la vida en las recientemente establecidas ciudades era dura y austera. El país estaba rodeado de al menos 5 proclamados enemigos y todos los estados de la región le eran hostiles. El país era además pobre, poco desarrollado y sus fuentes productivas se limitaban a poco más que la pericia técnica de sus jóvenes habitantes y las naranjas.

Sin embargo este país amenazado de extinción por sus vecinos, varado en un mal vecindario, pobre y necesitado de acoger a millones de refugiados de todas partes del mundo contaba ciertamente con varios amigos y con la simpatía generalizada (y bastante cínica) del mundo occidental y parte de la opinión pública mundial.

¿Qué ha pasado en 60 años para que el mundo se viera cabeza abajo?

Bueno, una columna se haría extremadamente corta para responder la pregunta, pero podemos deslizar algunas claves.

Además de 6 guerras y dos levantamientos internos, hoy las cosas se ven muy diferentes y esto, aún por las pantallas de televisión (que tienen esa lamentable tendencia a deformar la realidad): Israel es el país militarmente más fuerte en la región, además es la sociedad mas rica (habida excepción naturalmente de Arabia Saudita y los mini-países del golfo), ha tenido éxito en defenderse (y atacar, ciertamente) cada vez que ha sido necesario y tiene un poderoso e incondicional aliado permanente: Los Estados Unidos.

En otras palabras, si antes inspiraba la lástima de un país de valientes supervivientes asediados por salvajes enemigos hoy se ve como un poder regional que mantiene a raya a sus enemigos por el enorme poder de su brazo.

Pero lo que es mas determinante probablemente es que la experiencia terrible del Holocausto ha sido interiorizada y asumida por caminos sinuosos, por decirlo poco.

El Holocausto, ese horror sin nombre que nos proyecto a la triste y nihilista adultez y consciencia de la modernidad y que acabó con la vida de mas de 6 millones de judíos por el mero hecho de ser judíos caló hondo y marca la consciencia de si de este país que recién hace algunos años tiene la misma cantidad de habitantes que los muertos de la tragedia.

Cual es la lección que el debate público parece haber extraído de la tragedia: que la nación no tienen amigos y que depende de su propia fortalece para garantizar la supervivencia. Esta fortaleza necesaria es simplemente militar: hombres y mujeres deben cumplir con un pesado deber militar, y lo hacen con orgullo, el país debe invertir una parte gigantesca de sus ingresos en armas y es necesario contar con una reserva nuclear de emergencia (aunque nadie lo diga).

Esa es la lección, y punto. Si los filósofos no pudieron encontrar respuesta adecuada al sinsentido, la respuesta de los políticos no se mueve en el plano de los intangibles valores. A nadie le hace sentido decir (dentro y fuera de Israel, este no es un problema solo del Estado judío): hay valores de dignidad e igualdad humana que promover, hay un problema con los prejuicios raciales y religiosos, es necesario afirmar el valor incontestable de la vida humana o la indignidad de cualquiera nos afecta a todos.

Que lo que le pasó a los judíos europeos le podría haber pasado a cualquier (camboyano, chileno y somalí) no es una idea que el resto del mundo quiera compartir, que el drama de las víctimas del Holocausto es una herencia compartida no es algo que tenga sentido para el Estado judío. Que estuvieran en juego valores universales es una idea que se me viene a ocurrir a mi por decir algo y que antes solo tuvo Arendt (leer por favor Eichmann en Jerusalén, una cátedra de justicia de mi pensadora favorita).

El problema de la violencia, la seguridad y la supervivencia de los pueblos vendría a ser, por tanto, un asunto no de respeto a los derechos y de convivencia armónica, sino de fuerza bruta. La supervivencia del Estado de Israel recae por tanto, en el mediano y largo plazo, no en una solución negociada del asunto palestino (como si no fuera tamaña indignidad mundial) sino en la capacidad de las fuerzas armadas de defender la nación.

Y si que la defienden. Nadie duda de la capacidad del ejército hebreo de mantener a raya a sus enemigos, lo que es cuestionable es:

1. Que la fuerza bruta vaya a dar resultado en el largo plazo, después de todo, el mundo y sus equilibrios cambian.


2. Que bajo el mismo principio según el cual la fuerza es el único principio no sea posible que los vencedores se conviertan en vencidos, en una guerra que además tiene poco de humanitaria.


3. Que este esfuerzo por defenderse este atacando, de manera salvaje, los valores universales sobre lo que podrían descansar la dignidad humana y seguridad de todos.

No es una vergüenza menor que en esta guerra se estén cruzando los límites del respeto a los derechos y dignidades humanas que dieron origen al Estado y su guerra misma. Porque de ser así, y la salvaje guerra lo es, se estaría mancillando la memoria y las lecciones de humanidad que nos dejaron las víctimas, ¿Que digno recuerdo sería este de muros detrás de los cuales se esconden seres famélicos condenados a muerte? La imagen que nos brinda hoy la franja de Gaza, sitiada y condenada al hambre (según la ONU) tiene una oscura e inquietante reminiscencia con las escenas de la segunda guerra mundial, Gaza parece una triste Varsovia del desierto.

Aún peor, una cosa es olvidar la buena consciencia del terrible pasado y actuar como si no se conociera el valor del respeto a la vida humana y otra, no muy diferente, pero peor, es afirmar esto públicamente y con descaro

Hace poco mas de dos meses, el viceministro de defensa laborista (Matan Vilnai) amenazó con un holocausto a quienes atacaban Israel desde la franja de Gaza, al amenazar con utilizar todo el poder, el personero ocupó la palabra hebrea (Shoah), holocausto, que es la misma utilizada para describir el exterminio de los judíos en Europa por parte e Hitler. (Link: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7271000/7271031.stm )

¿Cuál es la lección que de la auténtica Shoah extrajo Vilnai? ¿Que los valores de respeto a la vida humana son un principio incuestionable? No, que la fuerza es la mejor garantía de supervivencia y éxito.

Sinceramente espero que el cumpleaños 80, o el 100 quizás, sea un enorme éxito, que la alegría inunde la casa, pero también el vecindario, que como el cumpleaños de Bilbo Bolsón sea esperado por todo el mundo y que lleguen invitados y regalos de toda la comarca.

Para que eso ocurra, eso si, muchas personas tendrán que pasar a un lado, tanto dentro como fuera de Israel y tendremos que generar una nueva y fuerte consciencia. Dios quiera.


Esteban Manuel De la Huerta

PD. Este artículo no es un ejercicio de antisemitismo, creencias que no comparto, que rechazo y condeno totalmente. Esta crítica se orienta a la política internacional del Medio Oriente y a la de muchos países, entre ellos las políticas del actual gobierno israelí en la materia, institución concreta dirigida por personas puntuales. Pero también las de Siria, Irán y otros muchos. Afirmo mi convicción de que todas las personas son iguales e igualmente dignas en dignidad y derechos según consta en declaración de la ONU. De paso condeno la xenofobia, el racismo, toda forma de discriminación, cualquier forma de violencia, incluido el terrorismo venga de donde venga. Por si acaso.

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